Calle Sodiro S/N y Valparaíso, Pabellón N° 5 del Centro de Convenciones “Eugenio Espejo”HORARIOS:
Lunes a viernes
Lunes a viernes
08H00 - 13H00 y 13H30 - 16H30.
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Conozca las memorias de la medicina ecuatoriana, desde los días
precolombinos hasta la fecha. La cita es de lunes a viernes en el Museo Eduardo
Estrella, de Quito. El Museo Nacional de Medicina fue fundado en 1982 por el
Dr. Eduardo Estrella. El lugar alberga más de 6 mil años de historia sobre las
prácticas, los equipos y los adelantos en el campo de la salud de los
ecuatorianos. En su visita, usted podrá conocer los valores curativos de varias
hierbas endémicas hasta el instrumental que se usaba a inicios de siglo XX para
las operaciones. La entidad pronto funcionará en un
pabellón del antiguo Hospital Espejo.
Una campaña de protección ambiental pide que ya nadie tale el
bosque amazónico, porque allí puede estar la cura para las enfermedades que
diezman actualmente a la humanidad. Puede ser cierto. Y los primeros habitantes
del país trataron de comprobarlo, cuando usaron hierbas endémicas, minerales y
animales de la zona hasta lograr pócimas para sus curaciones. Precisamente la
reseña de esta faceta es la que inaugura los pabellones del Museo Nacional de
Medicina "Eduardo Estrella". El sitio ofrece una visión histórica
sobre la medicina, desde la exhibición de remedios, instrumentos y documentos
de las épocas precolombina, colonial y republicana. El módulo de medicina
precolombina se divide en tres salas:
Museo de la Medicina E. Estrella
La primera es para la exhibición de los principales alimentos de
la dieta andina. La segunda ofrece testimonios, desde piezas arqueológicas,
sobre las enfermedades más comunes para entonces: parasitosis, sarna,
leishmaniasis, tifus, tuberculosis. Resalta en esta sección un figurín mochica
que evoca un parto vertical (la lógica de dar a luz horizontalmente es del
siglo XVII, inspirada por el doctor francés Moriciau, quien buscó, ante todo,
la comodidad del operante en el parto)
La final es para la medicina natural. Aquí reclama buen espacio la
cascarilla (planta lojana llamada también quinina o palo de las calenturas).
Ella sirvió para encontrar un remedio contra el paludismo. En el pabellón
colonial se cuenta la historia del Hospital de la Misericordia, fundado en
1565. En 1703, la institución cambió su nombre por el de San Juan de Dios. Y
justamente en lo que fuera el anfiteatro de esta casa de salud, hoy funciona el
Museo. Aunque a mediados de año será trasladado a los pabellones 5A y 5B del
antiguo Hospital Espejo.
Las piezas que trascienden en esta sección son las sustancias químicas
originales con las que se elaboraban los medicamentos, además de los botellones
y morteros que los contenían. Y dentro de estos elementos se encuentran los
venenos, con su respectivo "Manual" escrito por el francés Montmahou.
Si bien el término asusta, en aquel entonces se utilizaban en mínima cantidad
como analgésico.
En el pabellón republicano, tiene su espacio el relato del aporte de los
médicos franceses Gayraud y Domec, contratados por García Moreno en 1873. Entre
sus aportes están la profesionalización de las prácticas quirúrgicas en Quito,
a partir del uso de anestesia por cloroformo, además de un prolijo ejercicio de
asepsia pre-operacional. Pues como bien se grafica en una foto de la época, en
una operación se adormecía al paciente con licor y hierbas exóticas, y se
procedía a la cirugía con cuchillas, sin más protección que unos delantales.
Como recuerdos de la medicina a inicios del siglo pasado, el Museo muestra
microscopios, máscaras de anestesia, estufas, bisturíes de cuchillo fijo, herramientas
de odontología y los temibles amigdalotomos: tenazas que se introducían en la
boca de un individuo para cercenarle sus amígdalas.
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